FITZ ROY (Año 1834)
Por primera vez en 1834 fue remontado el Río Santa Cruz por Fitz Roy hasta el kilómetro 325. Según pudo deducir el Ingeniero Eugenio Richard de las anotaciones del Perito Moreno. La expedición está compuesta de varios oficiales y tres botes balleneros tripulados de 25 marineros, todos de la fragata inglesa Beagle. En ese viaje, Fitz Roy llevó de acompañante al naturista Carlos Darwin.
No existen antecedentes que permitan asegurar que los indios navegan el río antes o después de Fitz Roy. Sin embargo, y conforme a antiguos relatos es probable que los indígenas lo hayan navegado en cortos trechos.
FEILBERG (Año 1873)
Volviendo a la expedición de Fitz Roy, se debe reconocer que si bien lo llegó hasta las nacientes del río, lo navegó en un 85 por ciento de su recorrido.
En 1873, el teniente de marina Valentín Feilberg, de la goleta nacional Chubut llegar hasta el Lago Viedma. El mal tiempo persistente no le permitió explorar el lago, al cual cuatro años más tarde el Perito Moreno le dio el nombre de Argentino.
PERITO MORENO (Años 1877-1899)
Moreno inició su primera expedición el 15 de Enero de 1877, acompañado por el teniente de marina Moyano. Moreno contaba con sólo dos marineros para tripular una ballenera que requería el servicio de ocho hombres.
Moreno no oculta su desilusión, al ver que la superioridad no había tenido en cuenta ni sus pedidos, ni las experiencias de las expediciones anteriores. Era poco alentador pensar que con dos marineros intentaría llegar a las nacientes del río, cuando Fitz Roy con 25 hombres no lo pudo lograr.
El esfuerzo fue titánico. Más del 90 por ciento del recorrido la ballenera fue sirgada por un marinero a caballo desde tierra, y Moreno y Moyano, metidos en el agua hasta el cuello, para ayudar a la sirga.
A todo esto debe agregarse que para comer debían dedicarse a la caza, pues los escasos víveres se agotaron rápidamente.
Moreno tardó 32 días para llevar a cabo su expedición hasta el lago, atracando el bote al pie del médano donde Feilberg había izado la bandera en un remo, y dejando en una botella la relación de su llegada al lago. La exploración se completó con un reconocimiento por tierra de los lagos de Viedma y San Martín.
En 1888 volvió Moreno a remontar el río, pero esta vez con una lancha de vapor, y mejor provisto para afrontar las necesidades del viaje. En este viaje Moreno pudo comprobar que siguiendo el canal, se podía realizar una navegación sin obstáculos.
Fuente:
Baillinou, Juan Bautista (1985), Capítulo "El Río Santa Cruz, Centenario de Río Gallegos 1885-1985. 1ª Edición.